Hay que conseguir
bastante pescado, puesto que este guiso no lleva arroz ni patatas ni
nada que rellene; es todo pescado. Una mezcla de ellos puede ser: merluza (o pescadilla),
rape (cabeza y un trozo, o uno pequeño), congrio de la parte abierta, algún
salmonete (etc., con lo que se quiere decir un cuco, o un cabracho, si uno está
de humor para desespinarle, o algo de palangre...; en todo caso, pescado bueno,
nada de congelados); bastantes calamares y mejillones, amén de algo de marisco,
unos langostinos, o gambas, almejas, etc. El pulpo le va perfectamente a este
plato, pero hay que cocerlo aparte pues tarda en hacerse bastante más tiempo
que el resto.
El pescado propiamente dicho (pescadilla, rape, etc.; los
salmonetes y peces similares, no) se cuece un poco para limpiarlo y hacer caldo; los mejillones, también. Todo el caldo se cuela y se
guarda, y el pescado (y los mejillones) se limpia y se desecha lo sobrante, espinas,
cabezas, cáscaras, etc. El pulpo, una vez cocido, se trocea.
Se confecciona
asimismo un «aliño universal español» (ajo y pan, todo picado y frito en una
sartén, y perejil también picado al final), con bastantes almendras en el
frito. Se machaca en el mortero hasta hacer una pasta y se reserva.
(Ahora viene lo bueno.)
En una saltera se
fríe una cebolla y varios ajos, todo más o menos picado, un pimiento y
unas hojas de laurel, y cuando esté hecho se añade bastante tomate pelado y en
trozos; también se puede añadir algo de perejil picado. (Esta forma de empezar
es la misma que para una paella de pescado.) Se deja que se haga una especie de
pisto, conseguido lo cual se rehogan en él los calamares troceados y limpios
durante diez minutos. Luego se añade vino blanco, el aliño y el caldo que
tenemos preparado, el pulpo troceado, el marisco (gambas o lo que sea), los
salmonetes troceados (si los usamos) sin espina ni cabeza –es decir, sólo la
carne–, y todo cuanto haya crudo. Se deja que aquello hierva y pierda bastante
agua (no del todo), y cuando parezca que está (se hace en seguida, y si se
tiene mucho tiempo se pone estropajoso) se añade el pescado que tengamos ya
cocido y los mejillones. Se revuelve, se le da una vuelta y se deja otros cinco
minutos. Se puede adornar por encima con rodajas de pan frito.
Los restos (si sobra caldo, por ejemplo, o trozos de
pescado) se pueden usar para hacer una sopa o un arroz con pescado.
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